martes, 30 de octubre de 2012

Comienzo de la crisis en el Antiguo Régimen.


La problemática comienza con el cobro del impuesto real, ya que se recaudaba según la clase social (privilegiados o no), por lo general las ciudades estaban exentas de este. Pese a ser un problema de siglos, la voluntad del campesinado llegó por fin al hartazgo, la voz de la sociedad alcanzó al final a ser escuchada, la pregunta fue ¿Por qué llegó a ser escuchada a hasta ahora?, algunas historiadores han llegado a la conclusión de que en esta época la monarquía perdió casi por completo su autoridad. La crisis de la sociedad en el  fin del Antiguo Régimen se dio en todos los niveles; así con lo que es la caída de la “aristocracia nobiliaria”, la cual se puede ver de dos formas, de forma relativa y de forma absoluta, esto se origina debido a que la nobleza vivía por encima de su situación económica, con lo que surge el endeudamiento; esta era válida tanto con la nobleza parasitaria de corte de Versalles, como para la nobleza media provinciana. Estas se habían podido estar aprovechando de la subida de renta de la tierra,  por ahí de 1750, pero estaba disminuyendo de forma relativa a la explosión del beneficio burgués. Se habían acabado los tiempos de la monarquía absoluta de Luis XIV, se había acabado la monarquía absoluta que extraía los agentes superiores de su poder, Saint-Simon la consideraba la “vil burguesía”. La monarquía aristocrática ya no tenía salida.
Al que provocara una hostilidad hacia los campesinos y de la burguesía, se comenzó a crear un ambiente tenso y un clima “pre revolucionario”. Se ha calificado de “revolución aristocrática” o “prerrevolución” a la época que va de 1787-1789. Se busca una solución para los problemas económicos que se están sufriendo convocando una “Asamblea de Notables”, con la cual no se obtiene ningún resultado positivo, por los que se recurre a una negociación con “los Parlamentos”, de la que no se tienen corrientes de apoyo muy fuertes, por lo que se da una convocatoria de los “Estados Generales”, la primera vez desde 1614. De esta búsqueda de soluciones no estaba la de buscar una salvación para el sistema monárquico, sino que se buscaba conservar los privilegios de clase.
Sin embargo la crisis del antiguo régimen no esta dada exclusivamente por problemas internos como los de la aristocracia, sino que también hubo ataques por parte de la burguesía y del campesinado. El ascendente precio de los alimentos y la renta generan tensión en población francesa, por lo que la población francesa de hoy en día prefiere no llamar al siglo XVIII como un siglo de mucha prosperidad. Sin embargo la prosperidad de este siglo es indiscutible, ya que a mediados de siglo la población francesa aumenta aproximadamente a 25 millones de habitantes (antes 20 millones aproximadamente).
En 1789, solo un 5% de la población francesa es urbana. “Los “burgueses” trataban de acceder a la respetabilidad mediante la compre de tierras y bienes raíces, o, mejor aún, de títulos reales, que confieren a sus posesores una  nobleza susceptible de transmitirse hereditariamente.” (Vovelle, Michel, 2000, pag.12). La mayoría de la burguesía se dedica a actividades productivas, pueden ser comerciantes, empresarios, comercio de ultramar, banqueros, financieros, fabricantes, pero sin embargo llegan a ser abogados, notarios y médicos, a estos últimos se les asigna un papel que habrá de resultar esencial en la revolución.  Los artesanos, minoristas y el campesinado son ideológicamente dependientes de la burguesía, aun cuando sus intereses sean parecidos en la búsqueda de la revolución. 

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